Sobrevivir depende de la capacidad de adaptarse, y eso aplica tanto para personas, como para empresas. La imposibilidad de seguir realizando determinadas actividades en los espacios acostumbrados, obliga a emprender desde la distancia.
Una de las áreas más afectadas a raíz de las medidas obligatorias de aislamiento ha sido el empleo. Millones de personas en el mundo perdieron de un día para otro sus trabajos ante la imposibilidad de asistir a las empresas, locales, o entidades donde desempeñaban sus oficios. Otros tantos, si bien no perdieron su puesto, debieron aceptar una disminución de salario para mantenerse dentro de la nómina mientras pasa la emergencia. Esto ha llevado a que los afectados busquen una alternativa para generar ingresos que les permitan llevar un poco mejor la crisis.
Curiosas, simples, atrevidas, toda clase de iniciativas han surgido en esta cuarentena. De diferentes formas, las actividades humanas se han trasladado a los medios virtuales. El grupo musical Allegro, por ejemplo, decidió continuar ofreciendo su servicio de serenatas a pesar de la distancia: pasó de cantar frente a una ventana o un balcón, a hacerlo frente a una pantalla. Mónica Kremer, su esposo Alejandro Coello y el hijo de los dos, Santiago Coello, son los integrantes de este grupo, que de acuerdo a la ocasión y el gusto del cliente, interpretan diferentes géneros musicales. Adicionalmente, tienen la academia Sinfonía, una empresa familiar que continúa la formación de los alumnos en espacios online. “No podemos parar de expresar sentimientos, de celebrar las fechas importantes.
La música es la mejor vía para enviar mensajes de amor, de agradecimiento, de alegría o de nostalgia, por eso continuamos llevando nuestro producto, la serenata, a todas partes donde lo requieran. Las clases de la academia las continuamos porque en estos tiempos donde los jóvenes y niños permanecen en sus casas, es cuando más necesitan de actividades productivas, de aprendizaje, en vez de quedarse horas con videojuegos y viendo películas”, enfatizó Mónica.
“Curiosas, simples, atrevidas, toda clase de iniciativas han surgido en esta cuarentena. De diferentes formas, las actividades humanas se han transformado”
Por su parte, los domiciliarios se han multiplicado. Todo aquel joven o adolescente que tiene una bicicleta, patineta o incluso carretilla, tiene la oportunidad de prestar el servicio a sus vecinos. Es un beneficio mutuo: el que hace el mandado recibe una propina, mientras que muchas familias o personas solas evitan tener que salir a comprar una o dos cosas. Todos están así contribuyendo al aislamiento social, ya que no es una persona por familia, sino por cuatro o cinco, disminuyendo el número de compradores en la calle y tiendas.
Otro emprendimiento muy común por estos días y que nació como respuesta a una necesidad surgida de la pandemia, es el de los tapabocas. Se pueden encontrar variedad de formas, tamaños, diseños, colores. Los hermanos Mario y Andrés Rodríguez, de la ciudad de Pasto, son dueños de una empresa de artes gráficas. Ellos tuvieron que dar un giro para pausar la fabricación de los productos tradicionales como pendones, afiches y elementos publicitarios; para pasar a la fabricación de mascarillas de protección. “Encontramos una oportunidad ante la escasez de tapabocas. Se adquirieron los materiales necesarios y en el local se pusieron manos a la obra. La idea era que tuvieran un atractivo, algo diferente, por eso se decidió sacarlos con motivos de comics, caricaturas, personajes que gustan a la gente y que la hace ver un poco más alegre y amable a pesar de tener tapado el rostro”, explicó Daissy Hurtado, quien participa de este emprendimiento en el área de ventas.
Dusty Quintero es un emprendedor más, a pesar de que tiene un empleo fijo, buscó una alternativa para tener su propio negocio, y la encontró en la producción de gel antibacterial -hoy un producto altamente demandado-. Le ha ido muy bien a pesar de la competencia: “En estos días son muchos los pedidos, estoy como proveedor de empresas e incluso laboratorios farmacéuticos, ha aumentado también la competencia, pero muchos son productos que no cuentan con los registros de ley, a diferencia del mío”. Quintero además apoya el emprendimiento de su hija Valentina, quien está a punto de cumplir quince años. Ella practica ciclismo y patinaje, pero en la casa no podía realizar ninguna de las dos actividades.

El receso en su entrenamiento físico duró poco. Con la ayuda de sus padres consiguió de después de mucho esfuerzo un soporte que convierte en estática su bicicleta. Cuando por fin lo tuvo, y pensando en que había muchos amantes del deporte que estaban pasando por la misma situación, decidió empezar a ofrecerlos a través de sus redes sociales con bastante éxito. Se siente orgullosa porque sabe que está “ayudando a muchas personas que como yo, quieren seguir haciendo deporte dentro de la casa y necesitan de esta solución”.
En Nariño, la necesidad de las pequeñas y medianas empresas para continuar ofreciendo sus productos y servicios durante la cuarentena, así como la de las personas por recibir a tiempo alimentos, medicamentos, y otros elementos, encontraron un importante aliado en el emprendimiento de Andrés Parra, quien creó una aplicación para celular que permite a los vendedores ofrecer sus productos allí, y la persona que adquiere algo en ella, recibe su pedido en la comodidad de su casa. Todo el personal es nariñense, lo que hace de esta, una iniciativa que también genera empleo.
Todos estos emprendimientos llevan un mensaje implícito: las oportunidades están en todas partes, solo hay que aprender a verlas.
